¿POR QUÉ DIOS AFLIGE Y DISCIPLINA A SUS HIJOS?-2 parte.
ENTENDIENDO NUESTRAS PRUEBAS EN LA ENFERMEDAD
El tema de las enfermedades en nuestra vida es muy delicado y hay muchas personas que realmente están pasando por enfermedades muy duras. Es muy difícil enfrentarse con la enfermedad de una manera controlada y lo más fácil es deprimirse cuando vemos que no sanamos y pasa el tiempo.
Dios y su Palabra están ahí para darnos respuesta a todas nuestras cuestiones y aún en estos casos debemos de ir a nuestro Padre en busca de consuelo, esperanza, nuevas fuerzas y respuestas. Os continúo compartiendo unas notas sobre la enseñanza del pastor Thomas Montgomery sobre este tema y al final del post colocaré el enlace del audio del mensaje que siempre será más completo que mi resumen.
Dios ama profundamente a sus hijos y el fin de su disciplina no es otro que lo conozcamos de la manera correcta, quiere que estemos en armonía con Él, y a su vez que nos despojemos de todo aquello que nos separa de Él por culpa de nuestro ego pecaminoso.
Todo esto cuando lo entendemos bien nos llevará a tener plenitud de vida en consonancia con el Ser de Dios.
Jua 17:3 Y esta es la vida eterna: que te conozcan(ginosko
_γινώσκω) a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado.
Conazcan:Ginosko:
significa estar tomando en conocimiento, venir a saber, reconocer,
entender, o entender totalmente.En el NT, ginosko
indica frecuentemente una relación entre la persona que conoce y el
objeto conocido; a este respecto, lo que es conocido es de valor e
importancia para aquel que conoce, y de ahí el establecimiento de la
relación.(Diccionario expositivo griego Vine).
Respecto
al tema de las enfermedades, es un error que debemos evitar de creer
que todos los que están enfermos es por culpa del pecado, pues Dios
puede tener muchos propósitos en la enfermedad.
La
enfermedad que pasemos ha sido ordenada por Dios para nuestro bien y
no es fruto del azar en absoluto(aunque esto nos cueste de asimilar). Debemos de ver nuestra enfermedad
como un don de Dios y no como una maldición.
Rom
8:28 Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les
ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son
llamados.
Heb_12:11
Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de
gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a
los que en ella han sido ejercitados. (RV 60)
Desperdiciaremos
nuestra enfermedad si buscamos nuestro consuelo en el diagnóstico médico y no en el Señor, debemos de pedir en oración que nos muestre su propósito en
nuestra enfermedad y Él lo hará.
Dios
es el que sana y el que hiere y en sus manos está nuestra salud
también.
Deu_32:39
Ved ahora que yo, yo
soy,
Y
no hay dioses conmigo;
Yo
hago morir, y yo hago vivir;
Yo
hiero, y yo sano;
Y
no hay quien pueda librar de mi mano.(RV 60)
Nuestro deber es acudir al médico cuando estemos pasando por una enfermedad, pero nuestra confianza como creyentes siempre tiene que estar puesta en Dios, pues toda sanidad es divina y es Dios el que sana, bien sea usando a los médicos o en respuesta a una oración. El problema está en cuando confiamos en el hombre y no en Dios y solo ya cuando hemos probado todas las cosas, solo si nos quedamos sin recursos es cuando decidimos acudir a Dios a rogarle por nuestra situación de una manera real y sincera.
2Co 1:9 De hecho, esperábamos morir. Pero, como resultado, dejamos de confiar en nosotros mismos y aprendimos a confiar sólo en Dios, quien resucita a los muertos.
2Co 1:10 Y efectivamente él nos rescató del peligro mortal y volverá a hacerlo de nuevo. Hemos depositado nuestra confianza en Dios, y él seguirá rescatándonos.(NTV)
Estropearemos toda nuestra situación si no confiamos al 100% en Dios y es
Dios el que a su tiempo puede utilizar a los médicos y las medicinas que
tomamos para sanarnos.
Debemos
de meditar en estas cosas de manera seria, sabiendo que tarde o
temprano vendrá esa enfermedad final que nos llevará a la muerte, pues todos en algún momento enfermaremos y
entre otras cosas Dios usa la enfermedad para esto, para que meditemos
en la cita que tenemos con Él y pongamos en orden nuestra vida.
Hay una estadística muy dura respecto a la muerte:
3
personas mueren cada segundo-180 cada minuto-10800 cada hora-259200
cada día.
Llevamos semillas de muerte en nuestro cuerpo, somos tan frágiles que
cualquier cosa puede ocasionarnos el cese de nuestras funciones vitales.
Debemos
de evitar que nuestra enfermedad nos aleje de Dios al malentender que
es una bendición del Señor en sus divinos propósitos para
nosotros. Hay personas que se sienten víctimas de Dios, se alejan de Él
y no buscan ni su consuelo ni su consejo.
Sal
119:67 Antes de sufrir
anduve descarriado, pero ahora obedezco tu palabra.
Sal
119:68
Tú eres bueno, y haces el bien; enséñame tus decretos.
Sal
119:75 Señor, yo sé que tus juicios son justos, y que con
justa razón me afliges.
Sal
119:76
Que sea tu gran amor mi consuelo, conforme a la promesa que hiciste
a tu siervo
Sal
73:24
Me has guiado según tu consejo,
Y
después me recibirás en gloria.
Sal
73:25
¿A quién tengo yo en los cielos sino a ti?
Y
fuera de ti nada deseo en la tierra.
Sal
73:26
Mi carne y mi corazón desfallecen;
Mas
la roca de mi corazón y mi porción es Dios para siempre.
Sal
73:27
Porque he aquí, los que se alejan de ti perecerán;
Tú
destruirás a todo aquel que de ti se aparta.
Sal
73:28
Pero en cuanto a mí, el acercarme a Dios es el bien;
He
puesto en Jehová el Señor mi esperanza,
Para
contar todas tus obras.(RV 60)
Si
nuestra enfermedad no nos acerca a Dios y nos aleja de Él, solo
muestra nuestra falta de entendimiento de un Dios que tiene un propósito en cada cosa que le ocurre a sus hijos.
Si nuestra enfermedad es grave,
nos da la oportunidad de prepararnos para su encuentro.
¿Cuántas
personas mueren de forma instantánea sin aviso de forma súbita?.
Nuestra
enfermedad o nos vuelve más egocéntricos o más teocéntricos.
Si
nos vuelve más egocéntricos y caemos en la auto compadecencia y la queja amarga(buscando desesperados el consuelo en los
diagnósticos médicos) estaremos desperdiciando el don de Dios en
esa enfermedad.
En el caso de Pablo Dios usó la enfermedad con un propósito maravilloso y en un principio el apóstol no lo entendía. Pablo era una persona que uno de sus mayores pecados era el orgullo, ya que era un hombre muy preparado en todas las áreas, Dios lo sabía y lo salvó de que cayera en el envanecimiento y estropeara su vida y su misión, lo cual nos muestra que también hay enfermedades relacionadas con el pecado que podemos hacer en nuestra vida.
2Co 12:7 Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera;
2Co 12:8 respecto a lo cual tres veces he rogado al Señor, que lo quite de mí.
2Co 12:9 Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo.
2Co 12:10 Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.
Nuestra
enfermedad será un desperdicio si nos comportamos como los
incrédulos que no tienen esperanza ante la muerte o en superar las
pruebas gracias al gozo del Señor en nuestro corazón.
Sal
28:7
Jehová es mi fortaleza y mi escudo;
En
él confió mi corazón, y fui ayudado,
Por
lo que se gozó mi corazón,
Y
con mi cántico le alabaré.
Sal
28:8
Jehová es la fortaleza de su pueblo,
Y
el refugio salvador de su ungido.
Nuestra
enfermedad nos debería de llevar a una vida de oración más
intensa,a una relación con
Dios mejor de lo que era antes y a su vez
esto nos llevará a la humildad y a un andar quebrantados
por la
vida.
Sal
119:75 Señor, yo sé
que tus juicios son justos, y que con justa razón me afliges.
Desperdiciarás
tu enfermedad si no la usas como un medio para glorificar al Señor, ya que otras personas se están fijando en tu reacción ante la
enfermedad, en tu fe, en tu testimonio.
Jua
11:3
Enviaron, pues, las hermanas para decir a Jesús: Señor, he aquí
el que amas está enfermo.
Jua
11:4
Oyéndolo Jesús, dijo: Esta
enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios, para que
el Hijo de Dios sea glorificado por ella.
Recordemos
la enfermedad de Job y como todos lo observaban y su testimonio fue
de gloria para el Señor.
El
sufrimiento y la enfermedad de Job le llevó a la mayor bendición de
su vida, a un arrepentimiento sincero y a una relación con Dios
perfecta en el sentido espiritual.
Cuan
grande puede ser la bendición de Dios a través de tu enfermedad, si
ajustas tu punto de vista a lo que Dios ha revelado en su Palabra.
Job
42:2
Yo conozco que todo lo puedes,
Y
que no hay pensamiento que se esconda de ti.
Job
42:3
¿Quién es el que oscurece el consejo sin entendimiento?
Por
tanto, yo hablaba lo que no entendía;
Cosas
demasiado maravillosas para mí, que yo no comprendía.
Job
42:4
Oye, te ruego, y hablaré;
Te
preguntaré, y tú me enseñarás.
Job
42:5
De oídas te había oído;
Mas
ahora mis ojos te ven.
Job
42:6
Por tanto me aborrezco,
Y
me arrepiento en polvo y ceniza.
Dios quiera que estas reflexiones bíblicas sirvan de bendición a todos aquellos que luchan con algún tipo de enfermedad y les ayude a buscar el consuelo y la esperanza que Dios tiene para sus hijos, entendiendo que hasta lo que parece ser malo para nosotros siempre trae una bendición consigo, y en el caso de las enfermedades no es diferente.
Aquí les dejo el audio de la prédica:
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