EL ORGULLO EN EL CRISTIANO




Hablemos un poco de ese gran defecto que tantos problemas nos trae en nuestra vida y que tanto nos cuesta reconocer que lo tenemos, se trata del ORGULLO.
Comencemos por definir que es el orgullo en su lado negativo exactamente.

Orgullo es el exagerado aprecio que uno hace de sí mismo, de sus propias ideas e iniciativas. La ostentación y altivez, es el presumir de todo lo que puede llamar la atención sobre uno mismo.
Del orgullo se deriva:soberbia, engreimiento, altanería, altivez, arrogancia, vanidad*, presunción, desprecio. El orgullo no respeta sino que impone su manera de pensar, el orgullo no tiene sensibilidad por el otro, solo mira lo suyo propio, el orgulloso nunca piensa que lo es y suele echar las culpas a los demás de sus errores, el orgullo no respeta la autoridad y nadie lo puede controlar sino su propia autosatisfacción.

Pues vemos que si al auto examinarnos nuestras acciones o nuestra forma de comportarnos concuerda con la definición dada, estamos incurriendo en pecado, voluntario o involuntario, pero estamos fuera de la voluntad de Dios y nuestra vida necesita ajustes que solo Dios puede hacer en nuestros corazones.
Veamos como nos lo muestra la Palabra de Dios para verlos más claramente:

Stg_4:16 Pero ahora ustedes se sienten orgullosos y son arrogantes; todo ese orgullo es malo.

Aquí en Stg 4:16, el apóstol viene de hablar de aquellas personas que por tener cierta prosperidad se llenan de autosuficiencia y orgullo por sus "propias" obras, olvidándose de que tienen que dar gracias a Dios y tenerlo en cuenta en sus decisiones porque el que no lo hace así está fuera de la voluntad de Dios.
Pablo es muy tajante también con este punto:

1Ti_6:17 Ordena a los que se hacen ricos con las cosas del mundo que no se llenen de orgullo. Diles que pongan su esperanza en Dios, no en el dinero, porque el dinero no es seguro. En cambio, Dios nos da todo en abundancia para disfrutarlo.

 Stg_3:14 Pero si ustedes están llenos de celos y rivalidad, no tienen por qué dárselas de sabios. Su orgullo es una mentira que oculta la verdad.

*Qué fácil puede resultar caer en este pecado de la rivalidad entre hermanos, por cuestiones teológicas, políticas, de trabajo en la congregación, por el ministerio... sin querer podemos acabar teniendo celos, envidia y rivalidad por el hermano y todo por el dichoso orgullo, por no querer humillarnos, por no querer dar la razón en público al hermano, por no querer mostrar nuestro lado débil, por mostrar que no lo sabemos todo y que hay otros que saben más que nosotros....
La respuesta a este problema lo dio el apóstol en el anterior versículo:

Stg 3:13 ¿Hay entre ustedes alguien verdaderamente sabio y entendido? Que demuestre su sabiduría con su buena conducta y con buenas obras hechas con humildad. El verdadero sabio no es orgulloso.

Las notas a pie de página de la Biblia de Estudio de las Américas comentan de Stg 3:13:
Esto es lo opuesto a la arrogancia, y refleja en la persona una actitud de humildad y benignidad en todo lo que hace. Es incapaz de ofender; está libre de malicia y de venganza; es sabia en lo que hace. Tiene control de su vida por el poder del Espíritu de Dios, tal como dice:

Gál 5:22 En cambio, el Espíritu produce amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad,
Gál 5:23 humildad y dominio propio. No existe ninguna ley en contra de esas cosas.

Flp_2:3 No hagan nada por rivalidad ni orgullo. Sean humildes y cada uno considere a los demás como más importantes que sí mismo.

Este versículo es sumamente claro y todos debemos de examinarnos en porque hacemos las cosas, sincerarnos con nosotros mismos y ver cuál es la motivación de lo que hacemos, de lo que hablamos, de como tratamos a los hermanos y a los que no lo son. La competitividad es un fruto del ego, de nuestra naturaleza carnal, y si el ego aún controla nuestra vida, estamos muy muy lejos de Dios y de estar en comunión con él.

Pablo nos manda a considerar a los demás como más relevantes que nosotros mismos.
Realmente no nos sirve de nada nuestra doctrina ni nuestra ortodoxia si no cumplimos con este mandato que en sí es la esencia misma de lo que quiere nuestro Señor en nuestras vidas, tal como está escrito:


Rom 13:9 Pues la ley dice: «No cometas adulterio, no mates a nadie, no robes, no desees lo que es de otros». Esos y todos los otros mandamientos se resumen en uno solo: «Ama a tus semejantes como te amas a ti mismo».
Rom 13:10 El amor no le causa daño a nadie; así que el amor satisface toda la ley.

Practiquemos, pues, Rom 13:9 y hagamos de nuestra fe una vivencia real y no meramente intelectual.
Este mundo necesita del amor de Dios, las personas necesitan conocer el amor de Dios y nosotros como cristianos a veces damos muy mal testimonios en público, mostrando nuestra peor cara, siendo orgullosos, usando malas palabras, siendo violentos en nuestros comentarios, mostrando que quizás no somos nada diferente a aquello de lo cual queremos alejarnos y diferenciarnos.

Como se suele decir, rectificar es de sabios y reconocer nuestros defectos delante de Dios y pedirle perdón, nos restaura y nos regenera y Dios nos capacita para corregir nuestros fallos en su fidelidad por nosotros:

1Jn 2:1 Hijitos míos, les escribo esto para que no pequen. Pero si alguno peca, tenemos un defensor ante Dios: Jesucristo, el Justo

Dejemos el orgullo y busquemos los frutos del Espíritu en nuestras vidas.


Carlos J,Martínez.

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