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Mostrando entradas de junio, 2016

LA SOLUCIÓN DE DIOS PARA VENCER EL MAL EN NUESTRAS VIDAS.

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Si somos cristianos y queremos vivir una vida en obediencia a Dios que honre al Señor, nos daremos cuenta muy pronto que es una tarea complicada y que por el camino nos saldrán multitud de pruebas y de enemigos. 2Ti 3:12   Y también todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución La hostilidad que notamos como cristianos no tiene que ser siempre por algo malo que hayamos hecho, sino porque estamos en una guerra real contra las tinieblas y Satanás, en su odio hacia Dios, ve en nosotros una forma de dañarlo a Él, de estropear el testimonio de Cristo y de su iglesia. Satanás está muy disgustado con el hecho de que como cristianos hayamos dejado sus filas y que ahora sirvamos a Cristo y usará todos sus medios y personas para hacernos daño, para hacernos sufrir hasta el punto que si le dejamos, aparte de estropear nuestro testimonio nos arruinará la vida todo lo que pueda. El panorama es complicado, pero el Señor no nos ha desamparado en medio

El fruto de la condenación .

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Charles Spurgeon tiene un libro maravilloso llamado "El ganador de almas" que para mi gusto no debería faltar en la colección de ningún pastor y de ningún creyente que ame al Señor y su gran comisión. Les comparto una pequeña porción sobre el tema de los frutos del creyente, pues me parece algo de suma importancia, ya que en todas partes hay personas que no han entendido el evangelio y viven unas vidas que nada tiene que ver con lo que es un verdadero creyente. Pienso que es bueno meditar en ello y así estas personas tengan la oportunidad de arrepentirse de verdad de su pecado y no vivir una vida engañada para luego despertar en el infierno. "La fe salvadora se apropia de la obra consumada del Señor Jesús y, de esta forma, salva por sí sola, pues somos justificados por fe sin obras; pero la fe sin obras no puede proporcionar la salvación de ningún hombre. Nos salvamos por una fe sin obras, pero no por una fe que no produzca obras, porque la verdadera fe q